Con este Post abrí el BLOG de ENE Wellness hace casi tres años, y me pareció justo rescatar este post porque fue realmente importante para mi. Así que lo vuelvo a poner ahora…. 

“Ya son varias que me preguntan por qué recién comentamos mi embarazo si es que ya tengo 16 semanas… pregunta que estaba segura que vendría y que hoy estoy preparada para responder con total sinceridad (a pesar de sentirme igual, bastante vulnerabilizada)

Nuestra idea y objetivo era soltar el embarazo en la semana 12 después de la ecografía morfológica. Al ya haber tenido una pérdida antes pues el miedo de que algo pueda pasar es súper fuerte y bueno, preferí esperar. Para la semana 12 ya teníamos todo listo, el Blog, el anuncio, la reunión directamente después de mi ecografía para grabar el LIVE, etc. Sin embargo, las cosas no siempre salen como uno lo espera.

En la ecografía nos salió una translucencia nucal muy aumentada, lo cual significa que podría ser que la bebe no viniese bien. En ese momento no entendíamos mucho la verdad, nuestro médico (al que cada vez queremos más) nos metió en su consultorio ni bien salimos de la Eco nos sentó y trató dentro de lo posible de explicarle a este par de padres asustadísimos lo que podría significar estos resultados, toooooda la gama. Entonces claro, en ese momento mis años universitarios en la facultad de medicina y mi conocimiento médico fueron absolutamente NULOS. Yo en ese momento solo asimilé que no sabíamos que tenía, ni que tan grave era, ni si llegaría a término o lo perdería cualquiera de los días siguientes a ese, ni si sobreviviría al parto o si sobrevivía después, además de lo que podía venir con ella o él y sobrevivía. Entonces, básicamente lo único que llego a mí era que mi bebit@ podía estar mal, o muy mal; pero no teníamos claro ni qué, ni lo que esto significaba. Que el ecógrafo recomendaba una amniocentesis en la semana 16 (ósea 4 semanas más tarde a ese momento) y que hasta ese entonces pues había que esperar una posible perdida….

Evidentemente después de eso no hubo ningún comunicado, ningún video y la reunión se trasladó a mi cama con mi mami, Pili y mucha mayonesa con papás fritas y helado de brownie, acompañadas de bastante de silencio necesario y de un poco de palabras de apoyo.

Fue un día en el que realmente no entendí nada y Daniel creo que mucho menos que yo. Pero algo en mi esa noche, me dijo que no, que todo estaría bien, que pase lo que pase, todo estaría bien. Fue entonces que decidí que yo no pasaría ese tiempo solo llorando, prefería pasarlo rezando, así que a las 7pm me levanté y me fui a misa, y ahí empezó mi claridad.

Yo soy una mujer de mucha Fe, siempre he sido muy pegada a Dios y a mi religión. Claro está, algunas veces una se “enfria” un poco, y yo puede que haya estado pasando por un tiempo de enfriamiento. A pesar que desde que supe que estaba embarazada, fui a visitar al Santísimo una vez a la semana para agradecer la dicha, tal y como lo hice con Danielito, pero igual, estaba medio alejada de mi Fe.

En fin, Daniel y yo decidimos no esperar a la semana 16, porque en realidad lo que más nos angustiaba en la vida era no saber si viviría o no; no tanto el si es que llegaría con algún problema cromosomal compatible con la vida. En ese momento Dany y yo hablamos con nuestro médico, le dijimos que queríamos hacernos una prueba genética, porque lo que nos importaba era saber si viviría, si el embarazo seguiría, si sobreviviría, queríamos ponerle un poco nombre y apellido para poder saber que vendría o si había que prepararse para lo peor. Si me decían que venía con alguna trisomía compatible con la vida (como es el Síndrome Down por ejemplo) entonces para mí ante la lista de opciones que me habían presentado, eso sería una bendición pues mi hiji@ viviría, estaría conmigo y nosotros nos ocuparíamos de encontrar lo mejor (dentro de nuestras posibilidades) para darle la mejor de las oportunidades y el máximo amor. Daniel se puso en contacto con un hospital en Baltimore y empezamos a averiguar una lista de médicos genetistas, especialistas acá y fuera, queríamos de verdad estar preparados para lo que pudiera venir y para ayudar como pudiéramos.

En todo este tiempo, yo decidí entregarme a mi fe y mi familia (y la familia política) también. Y la verdad es que el momento en el que iba a misa o a hacer mis visitas al Santísimo, eran el momento en el que más paz recibía del día (y sigue siendo). Recé y sigo rezando muchísimo, pedí sobre todo por salud para mi bebit@ pero finalmente me puse en las manos de Dios y de la Virgen y que fuese lo que tuviese que ser, pero que me den mucha fuerza para llevarlo, mucho amor para poder llevarlo juntos en familia, y humildad para aceptarlo; aún sigo pidiendo por lo mismo….

Nos llegaron los resultados después de 14 angustiantes días, y las 6 enfermedades cromosomales que se habían testeado y 3 de sexo, salieron todas negativas, y supimos que será una mujercita. Sin pensarlo dos veces, sería MARÍA, ya que ella había sido ofrecida con mucho amor y fe a la Virgen María, y Sofía porque siempre mi hija mujer iba a ser Sofía por mi abuela adorada a quien yo era muy muy unida y quien además estoy segura metió la mano también!! En la siguiente ecografía, Sofía María apareció muy bien, todo aparece perfecto, muy normal, muy sin problemas. Nosotros vimos un poco más de luz al final del camino, los males entonces se han reducido a posibles cardiopatías que aún seguimos monitoreando, sigue saliendo todo bien en las ecografías, su corazón aparece fuerte y sano, pero tenemos que esperar a la ecografía de la semana 20 para realmente saber si su corazoncito está bien o no tanto, y si es así, ver que hacer desde ahí.

Por eso fue que no contamos nada antes, únicamente porque no sabía si mi bebita sobreviviría o no; pero yo le dije a Pili que viniese con los problemas que viniese igual el Blog lo quería abrir, porque esa angustia tan desgarradora que estaba viviendo yo, de repente podría ayudar a alguien viviendo lo mismo. Fueron semanas durísimas, inexplicablemente duras, escribiendo esto no puedo evitar soltar lágrimas, lágrimas de volver a sentir esa sensación de desesperación por no saber si tu bebe está bien o si va a estar bien. Esas semanas tratamos de evitar contacto con mucha gente, ya que era súper duro cuando venía gente amorosísima que ya sabía del embarazo a preguntarnos como iba todo y yo no estaba segura si viviría o no, así que nos refugiamos en nuestras familias, en nosotros mismos y en nuestra fe.

Yo soy católica y como ven, soy muy pegada a mi fe, y eso me da paz, me da esperanza y mucha tranquilidad, sin embargo respeto mucho todas las religiones, creencias y vibras y por eso les pido a todas las que están leyendo esto, que si tienen un tiempo, pongan a mi chiquitina en sus oraciones, meditaciones o buenas vibraciones, para que siga creciendo fuerte y sana y llegue a mí, llegue a nosotros, a esta familia que la espera con tanto tantísimo amor.”

Un beso

Tali